La voz que nadie escucha es un verso del poema Mi vida que escribió Concepción Arenal en 1860. La gallega no disfrutó en su tiempo del lugar que le pertenecía entre los intelectuales españoles. El creciente reconocimiento en el extranjero acabó contagiando a sus compatriotas años después de su muerte, cuando su voz ya solo estaba diferida en sus escritos.
Este proyecto pretende fomentar el acceso a contenidos culturales de las reclusas de las cárceles o módulos de mujeres en España.
Entendemos que este proceso debe hacerse a través de la mediación cultural, instrumento imprescindible para garantizar una experiencia que, más allá de facilitar el consumo de contenidos culturales, permita a las destinatarias participar de forma activa en la creación de contenidos y en la consecución de objetivos propuestos en las actividades.
Además el proyecto contempla la creación de instrumentos estables y duraderos. Proponemos generar un circuito cultural con los centros penitenciarios de mujeres del país, o de determinados territorios, y, paralelamente, una bolsa de proyectos de mediación cultural que estén especialmente pensados para mujeres desde una perspectiva inclusiva.
Todo esto, complementado con otra medida jurídica: la elaboración de una propuesta para sumar esta bolsa o catálogo de actividades a las ya existentes calificadas como ‘trabajo social’, para la sustitución total o parcial de las penas de mujeres condenadas a ingresar en prisión.
Todos los niveles de actuación del proyecto deben contar con la participación activa de los socios y de las destinatarias del mismo (las reclusas).