El IVA del cine: una confirmación oficial sin cifras oficiales

El IVA de las entradas de cine descenderá del 21 al 10% el año que viene. Tras varios anuncios, desmentidos, apelaciones a la paciencia y declaraciones de intenciones, la confirmación oficial ha llegado. Confirmación tan oficial como la que anuncia la dotación presupuestaria de un presupuesto que aún no ha sido aprobado, y cuya aprobación pende de unos apoyos con los que, hoy por hoy, el Ejecutivo no cuenta.

Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, ha reconocido que el borrador de los Presupuestos Generales del Estado de 2018 no saldrá adelante hoy, 29 de septiembre, como estaba previsto y como establece la Constitución a través de una serie de plazos. El PNV, socio imprescindible para la tramitación de las cuentas, evita acercarse al Gobierno hasta que se enfríe la tensión derivada del 1-O. Y este retraso deja en un limbo todas las medidas fiscales que los presupuestos recogen.

Con todo, la industria cinematográfica no ha podido esconder su júbilo.

Desde 2012, los tíquets para ver una película en una sala son un artículo de lujo, según marca su tipo impositivo: el 21%. El mismo 21% del tabaco y las bebidas alcohólicas, de los cosméticos, de las flores ornamentales o de la importación de objetos de arte. Aquel año también el gravamen de los conciertos, obras de teatro, danza, festivales y resto de espectáculos en vivo aumentaba trece puntos, del 8 al 21. La bancarrota en la que el Ejecutivo de Mariano Rajoy encontró las cuentas, justificó entonces, obligaba a tomar la medida. Una tasa, la del IVA cultural, que se situaba entre las más altas de Europa, la mayor de los países de nuestro entorno, con un 10% en Italia, un 13% en Portugal o un 7% en Alemania y en Francia.

Sin cifras oficiales, la recaudación de este IVA de la cultura ha oscilado durante estos cinco años, según fuentes gubernamentales citadas por algunos periódicos, entre los 60 y los 200 millones de euros anuales. A cambio, y en palabras de las asociaciones que lo representan, un sector que ha sobrevivido a duras penas, un descenso por millones de los espectadores y un derecho, el acceso a la cultura, mermado en medio de una crisis que ha dejado en el paro a cientos de miles de personas y degradado brutalmente los salarios.

En junio de este año los espectáculos en directo dejaron de tributar al 21% para hacerlo, si no al 8% del que partieron, a un 10%. No el cine. El déficit público aún no lo permitía, argumentó el Ministerio Educación, Cultura y Deportes al presentar este descenso selectivo. Ahora, con la anunciada rebaja de la tasa impositiva del cine a más de la mitad, se dejarán de ingresar en las arcas públicas más de 60 millones de euros, estima el Gobierno. Mantendría el IVA general del 21% la música grabada, ya sean discos o descargas legales, como ya ha denunciado la oposición. Así, la cultura no recupera su IVA reducido.

“La bajada del IVA es una buena noticia, sobre todo para los espectadores, que son los que pagan”, ha declarado Ramón Colom, presidente de la Confederación de Productores, la FAPAE. Repercutirá “favorablemente” en el precio de las localidades, ha manifestado una exultante FECE, federación que aglutina a los exhibidores de cine. “Beneficiará sobre todo al público”, explicaba el director y ex presidente de la Academia del Cine Álex de la Iglesia, “pero también supondrá una mejora importantísima en la difícil situación del medio”.

“La cultura es algo que disfrutamos todos y que nos hace felices. Ahora espero que el sector me diga algo amable en el Festival de San Sebastián”, ha bromeado nuestro ministro de la cultura, Íñigo Méndez de Vigo.