El sector reclama trabajar en la creación de un sistema de financiación cultural 

La II Jornada de otoño de Derecho de la Cultura celebrada el pasado 12 de diciembre en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza demostró que existe un sentimiento generalizado proclive a la creación de un sistema de financiación cultural que establezca un marco ordenado y provea de instrumentos económicos adecuados para el desarrollo de su actividad a este sector clave en la economía de nuestro país.

Articulada en dos fases, durante la jornada, agentes del sector debatieron y pusieron en común posibilidades e instrumentos novedosos que permitirían una importante inyección de ingresos al sector cultural que, según los datos aportados, está muy capacitado para devolverlos con creces. Por la mañana, un nutrido grupo de profesionales de la cultura, administración pública y entidades privadas, con perfiles tanto técnicos como jurídicos y académicos se reunieron en mesas de trabajo con el objetivo de revisar cinco temas clave: ayudas y subvenciones, mecenazgo y 2%, inversión de impacto, incentivos fiscales, y evaluación de las políticas públicas y medición de impacto. A lo largo de los próximos meses se analizarán en profundidad las conclusiones obtenidas para el desarrollo de posibles medidas de mejora.

La sesión de la tarde, abierta al público, contó con voces expertas en tres paneles dedicados a la inversión de impacto, los incentivos fiscales y la medición de impacto en cultura. En el primero, moderado por Teresa Azcona, Francesca Sanderson, Directora del Arts Programme and Investments, Arts & Culture Finance by Nesta y Aurea Rodríguez, Directora Interina del South West del EIT Culture & Creativity, aportaron una visión internacional con ejemplos de proyectos culturales financiados con fondos de inversión de impacto en cultura caracterizados por su solvencia y viabilidad económica, como el Birmingham Royal Ballet o el SoHo Theatre. Una práctica, asentada en países de tradición anglosajona, que ha dado sus primeros pasos en el ámbito español. Por su parte, Pepa Octavio, Responsable del programa de Arte Ciudadano de la Fundación Daniel y Nina Carasso, nos habló de su experiencia en la creación de un fondo para financiar proyectos culturales (TIINA) y las dificultades que están encontrando por la falta de conocimiento en nuestro país sobre el funcionamiento de estas herramientas financieras aplicadas al campo de la cultura. En este contexto, Patricia Gabeiras presentó el informe ‘Hacia la creación de un fondo de inversión de impacto para la cultura’ desarrollado desde el estudio jurídico Gabeiras en colaboración con Creas. El documento, que se publicará próximamente, define qué es la ‘inversión de impacto’ y por qué el sector de la cultura es interesante para esta clase de inversores. Además, analiza algunas experiencias nacionales de las industrias culturales que presentan la inversión de impacto como alternativa innovadora de financiación para la cultura.

En la segunda mesa Luis Felipe Palacios, Socio Director de LF Asociados, Antonio Fernández, Presidente de Adepi, Secretario general de DEV y Consejero de CREA SGR, Vicente Matallana, Director de LaAgencia y miembro de la junta directiva del IAC, Carlos García Doval, Director de Operaciones de PROMUSICAE y Patricia Gabeiras, abordaron los incentivos fiscales contemplados en los art. 36 y 39 de la Ley del Impuesto sobre Sociedades. Toda una oportunidad de financiación para el sector cultural, conocida de manera desigual en España, debido a la división entre los sectores que pueden beneficiarse (audiovisual, artes escénicas y música en vivo), y los que no. Algo que cada vez se entiende menos, ya que los datos no avalan esta exclusión, como explicó Fernández, sobre el sector del videojuego en concreto y Matallana en representación del sector del arte. Un ejemplo muy representativo de cómo, de manera sencilla, proporcionando información y herramientas técnicas, se puede facilitar que muchas empresas del sector cultural se beneficien de esta ley es The Pipe Market. La plataforma digital de gestión y financiación de proyectos culturales, presentada durante la jornada, que conecta productores con inversores en operaciones de triple impacto.

En el último tramo de la tarde se trató la cuestión, siempre controvertida, de la evaluación de las políticas públicas y la medición de impacto, elementos imprescindibles para garantizar la eficacia de la inversión pública en cultura. Para ello contamos con Pau Rausell, Director del Área de Investigación en Economía de la Cultura y Turismo de la UV, Arturo Rubio Aróstegui, Director Escuela de Doctorado en la Universidad Antonio de Nebrija, Marcos Vaquer, Catedrático de Derecho Administrativo de la UC3M y Patricia Gabeiras. Con la presentación de MESOC, ambicioso proyecto de ámbito europeo de medición del impacto de la cultura más allá de la perspectiva económica, Rausell dio argumentos concretos para llevar a la práctica ese desideratum omnipresente en los últimos tiempos: poner la cultura en el centro de las políticas. En su exposición trató de demostrar empíricamente que lo social, lo colectivo, impacta en la cultura y viceversa, y que los indicadores son fundamentales en la adopción de políticas culturales concretas.

Los primeros retos extraídos de la jornada, como bien resumió nuestro presidente, Roger Dedeu, pasan por «seguir trabajando por que el Derecho siga siendo un instrumento de transformación válido y sirva en este punto para diseñar un buen marco de derechos culturales; además, en este momento urge ya acercar dos mundos a priori ajenos como el sector cultural y el financiero; y en definitiva, ofrecer todas las herramientas necesarias para el correcto desarrollo de la actividad cultural, ya que la cultura es un bien esencial de primera necesidad, y así está reconocida en nuestro ordenamiento jurídico”.

La II Jornada de otoño de Derecho de la cultura organizada por Fundación Gabeiras y el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, contó con la colaboración de Kubbo, CREAS, Fundación Ortega Marañón, Instituto Complutense de las Ciencias Musicales y Gabeiras.

 

Fotografía © Bajo El Azur