Por un futuro orgulloso y crítico: el año del patrimonio cultural

Las etiquetas que además de nominalizar despiertan valores e incitan iniciativas poderosas desempeñan en nuestra sociedad una valiosa labor. Con el comienzo del 2018 nace la conmemoración del patrimonio cultural europeo. Ese que integra nuestros paisajes, nuestras tradiciones, nuestra arquitectura, nuestra arqueología, nuestro arte; que compartimos todos los miembros de esta comunidad, y que no cuidamos ni valoramos tanto como merece, como merecemos. Algo que hace peligrar la más esencial función del patrimonio: ser herencia viva de lo que somos, de lo que juntos hemos llegado a construir.

Porque el patrimonio cultural europeo une y cohesiona, crea crecimiento y empleo y potencia los intercambios de Europa con el resto del mundo, según reza su mensaje promocional, la Unión Europea declara todo un año merecedor de acciones que nos animen a disfrutarlo con intensidad. Doce meses en los que participar en “miles de eventos y celebraciones a lo largo de toda Europa” que serán implementados en los Estados miembros, los municipios y las regiones. Se sumarán más de un centenar de proyectos transnacionales financiados con fondos europeos a través de programas como Erasmus +, Europe for Citizens, Europa Creativa y Horizonte 2020. El objetivo es confeccionar un plan de acción a largo plazo específico sobre el patrimonio cultural.

Estas iniciativas se unen a proyectos consolidados en el suelo europeo, como son las Jornadas Europeas del Patrimonio, que desarrollan cada otoño 70.000 eventos vinculados a este ámbito; la mención de Patrimonio Europeo otorgada a aquellos lugares que representan hitos en la creación de la Europa actual; la designación de dos capitales europeas anuales, símbolos de su riqueza cultural (Valletta, Malta, y Leeuwarden, Países Bajos, en 2018); o la concesión del Premio de la UE para el Patrimonio Cultural en reconocimiento de las mejores prácticas de conservación, gestión, investigación, educación y comunicación. En 2017 se premió la rehabilitación de la obra de la cubierta del Monasterio de San Juan de Burgos y la Fortaleza de Llucmajor en Baleares.

Ilustran la raigambre del patrimonio cultural europeo algunas cifras. Con 453 sitios inscritos, Europa como región representa casi la mitad de la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. 46 de ellos están en España, tercer país del mundo en número de bienes declarados Patrimonio de la Humanidad, tras Italia y China. 89 son los elementos europeos inscritos, una cuarta parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, 16 de ellos en España. Existen 31 Itinerarios Culturales Europeos certificados, que atraviesan más de 50 países. El Camino de Santiago fue el primero de todos en conseguir esta mención. Seis de los diez museos más visitados del mundo en 2016, según The Art Newspaper, están en Europa. En total, estos seis museos populares recibieron más de 35 millones de visitantes ese año. Entre ellos, el Museo Reina Sofía de Madrid. La red de 27.000 espacios protegidos Natura 2000 representa el 18% de las tierras de la UE y casi el 6% de su territorio marino. Está protegido casi el 30% del territorio español.

En Gabeiras & Asociados nos unimos a esta hermosa iniciativa, al #AñoEuropeodelPatrimonioCultural, que articulamos como una reflexión que nos permita valorar el camino recorrido y construir un futuro orgulloso y crítico. Incorporaremos a las temáticas que abordemos en nuestro Aula las vinculadas al patrimonio cultural, y al patrimonio cultural europeo en concreto. Acciones que reflejaremos en este blog, y que completarán otros artículos publicados en estas páginas sobre patrimonio cultural, área que trabajamos en nuestro departamento de Derecho de la Cultura.

Página oficial European Year of Cultural Heritage

#EuropeForCulture